14/1/08

Proyecto Odisseo. Archivo 2



14-1-3008. Cuarto medico, despacho 2.

"Hace dos días que llegamos a este lugar, y aun no me acostumbro.

Azrael, llamado el planeta devoto. Altos edificios, grandes torres, pero todo por un propósito. Todo para la gloria de los 5 dioses de la humanidad. Tras el tratado de paz entre las diferentes religiones hace mas de 700 años, la humanidad a decidió este politeísmo. Cada cual reza a su dios, que considera único y verdadero. No mas guerras santas, no mas cruzadas.

En este planeta, el fundamentalismo ha llegado al extremo de tomar cada rincón y norma interna. Nada de cerdo en la zona árabe, nada de carnes los viernes en la cristiana, y así, miles de reglas. Como noma general en la vestidura, por ejemplo, nada de ropas normales, debajo de armaduras y sobresaliente en cintura, irán togas de monje de la religión del poseedor.

Las mujeres aquí solo son sirvientas de dios, por eso los soldados están demasiado nerviosos, este lugar mas que un paraíso, les resulta a muchos un infierno. Con mi toga de medico, el único uniforme que me permiten en este lugar, paseo por el hospital judío-árabe recogiendo medicinas especializadas. El próximo lugar las necesitaremos.

No hago más que cruzarme con casos de traumatismos. El auto castigo es algo muy extendido, por sobrepasar las leyes divinas.

Pero lo que mas me llama la atención, es la planta de poseídos. Cientos de camas, con personas retorciéndose de dolor, pues esas camas están conectadas a un sistema de descargas eléctricas de baja intensidad, para acabar con el ataque del endemoniado. La tortura al servicio de dios.
Al regresar a la nave, por fin, para marcharnos, tiro mi toga a la basura orgánica. Malditos retrasados funadmentalistas.

Tomo la dosis doble, se acerca un momento duro. regreso al planeta donde por ultima vez se vieron gusanos rojos. lo están reconstruyendo, pero aun se verán las marcas. Eso me va a costar muchas pastillas para poder dormir. Traerán recuerdos de cuando fui medico de la compañía 12. De aquellos gritos, y aquellos rostros. Por fin las pastillas hacen efecto, pronto nada de eso importara, hasta mañana."

Simon L.

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