De ante mano este texto no es mio, pero como en escasas ocasiones pongo algo ajeno a mi cabeza.
"¿Por qué seguir leyendo?
¿Por qué coger un libro de la pared distante, donde ha sido arrojado con indignación y dolor, y seguir leyendo? ¿Por qué someterse a semejante crueldad, a tan mal karma, a tan perversa conspiración?
La razón es sencilla: estas cosas pasaban. Pasaban incontables veces, exactamente así. Los océanos están salados por nuestras lágrimas. Nadie puede negar que estas cosas pasaban. Y entonces no hay opción en el asunto. No pueden escapar a la rueda de nacimiento y muerte, ni en su experiencia ni en su posterior contemplación. Y su antólogo, el propio Viejo Tinta Roja, debe contar sus historias honestamente, debe vender la realidad; de lo contrario, las historias no significan nada. Y es crucial que las historias signifiquen algo. Pues bien. No hay escapatoria de la realidad: se sentaron allí, una docena de almas tristes, acurrucadas unas contra otras en un rincón lejano del gran escenario de la sala del tribunal. Todo estaba oscuro y hacía frío."
Tiempos de arroz y sal - Kim Stanley Robinson