11/4/09

Ill Sar, el sacerdote James Millano



Cual guerrero que es, busco un lugar, una pequeña ciudad para empezar su caminata por este insólito mundo, nuestro mundo. En un pequeño piso, cercano a la zona mas céntrica de la ciudad, se instalo.
Debido a ser quien era, Ill Sar, tenia dinero de sobra para su supervivencia en este mundo.

Su primer objetivo, encontrar a un monje seguidor de los dioses que caminan como hombres, una antigua secta que seguía el rastro de los guerreros como el por la tierra. Castigada por la humanidad, por ser infieles a otras creencias, ya que para ellos dios no existía, lo mas parecido eran estos seres, con tales habilidades.

El guerrero sabía que viva en las cercanías, lo que antaño habría sido el sacerdote supremo de dicha organización, que ahora no era mas que un escritor borracho y solitario. Él era su única conexión con el mundo, le necesitaba. Así pues busco, por todas las calles, andando de día y de noche, hasta que le encontró. vivía en una calle, antaño gloria del barrio mas bohemio de la ciudad, ahora lugar infestado de ladrones y de mas gentes de mal ver para la sociedad.

Sabia que no podía esperar, con lo cual, aun siendo las 4 de la mañana, le hizo una visita que el antiguo sacerdote no olvidaría.
El sacerdote, tumbado, medio dormido con una botella de vodka en la mano, medio vacía, despertó de golpe. La puerta se había abierto de par en par, sin ruido de cerradura, solo un ligero "crack" y se abrió. Tras ella, se encontraba un joven, no aparentaba mas de 20 años, sin barba, pelo largo en media melena, vestía ropas anchas como de algún tipo de sacerdote hindú, pero nada que hubiese visto nunca. El misterioso intruso se acerco a donde el estaba, y, sin ningún acento se dirijo a él.

-Hola, sacerdote, se que tu nombre es James Millano, que fuiste un seguidor de los dioses que caminan como hombres, que llegaste a ser el sacerdote supremo antes de que esta organización cayese en Europa. Y se que has perdido la fe, como debías. Pues no somos dioses, solo guerreros. Mi nombre es Ill Sar, y necesito tu ayuda.

El viejo sacerdote se echo a reír.

- Otro que se leyó mi novela, es una historia ficticia, dejate de tonterías y sal de mi casa.
No sabia porque, pero ese viejo empezaba a molestarle, puede de lo poco que había dormido. Necesitaba algo drástico, que demostrase la verdad, para dejar de discutir. Pensó en su entrenamiento, mas de 20 años le había costado manejar lo que iba a hacer, pero merecería la pena. Se concentro, en cada molécula, cada partícula de energía, de su cuerpo, de la habitación, y sintió todo unido, por pequeñas lineas de energía, fluían de un lado a otro. Como pequeños hilos de un títere. Solo tenia que tirar del hilo correcto. Entonces ocurrió, movió la mano y la botella salio disparada de la mano del sacerdote y estallo en mil pedazos en la pared. Este se quedo perplejo al joven, salto de su sofá, y mirando a sus ojos profundos color marrón dijo.

-Por fin, se a cumplido, el renacer,el primero de la nueva era. Eres tu.

Ill Sar afirmo y le comunico sus planes, lo que tenia pensado, para acabar con las amenazas estáticas del mundo y le comunico donde le haría falta la ayuda del sacerdote y de otros como él.

-Tendré que ponerme en contacto con todos los monjes y sacerdotes, pero puede hacerse, si tienes tu rendimiento al 100% podríamos hacer grandes cosas. Por cierto llamame James o Jimmy y yo a ti ¿Cómo he de llamarte?

- Mi nombre no siempre fue Ill Sar, cuando nací, mi madre me llamo Willfred, pero imagino que puedes llamarme Will.

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