23/1/08

Proyecto Odisseo. Archivo 3



21-1-3008. Cuarto medico, despacho 2.

"Las peores pesadillas, siempre acaban volviendo.
Hemos aterrizado con los aerotrasnportes en las zonas que aun quedan de civilización, si es que puede darse le ese nombre. Son refugios de no mas de dos plantas, en zonas de cuarentena. El resto del planeta es...nada. El hospital esta lleno de infectados de grados de 5 a 6. Algún caso especial de grado 3 sin mutación. Y en una celda de experimentación, un caso de grado 1. A este ultimo he preferido no verlo. Tendré bastante con ver la ciudad contigua al refugio. O lo que quede de ella. Todo para hacer una batida de comprobación y búsqueda de supervivientes.


Gusanos rojos. Nacidos de un planeta hace unas 5 décadas. Estaban mas extendidos de lo que creíamos. 5 sistemas infestados y 2 de ellos, planeta a planeta, como esté. Surgen de esporas que entran en tu cuerpo y infestan todo tu organismo, transformándolo en, una abominación. El problema era, que no solo existían estas esporas. Porque siempre cercanos a los nidos de esporas, había huevos. Y dentro, criaturas que defendían su territorio con fiereza. Era un ejercito, una plaga. Enviamos todo nuestro arsenal para defendernos, y nos costo 47 años de guerra y muertes. Por suerte este es de los pocos planetas que aun hay alguna recidiva de la plaga. Aun que eso significa un planeta casi destruido por completo."


22-1-3008. Avenida de la luz, ciudad de Neo Londres.


"Aun con el filtro, se cuela el olor desagradable. El olor de la muerte, la putrefacción, de la nada. Ademas, aun que los soldados no son capaces de identificar el olor, yo se que es. Un olor como a pimienta y menta, gas del gusano rojo. Caminamos por encima de los escombros, producidos por nuestras armas. Debajo estarán los cuerpos con las esporas, muertos. Los soldados que me acompañan están impresionados, no hay mas que cadáveres con muestras de infección o sin ellas, pero con partes amputadas. Pero lo que les sorprende, es que ellos nunca han visto a un medico que pasee por los restos de semejante batalla y muerte como si no le importara. Aun que se equivocan, me importa, solo que este dolor es ya un viejo amigo. Me preguntan y, para olvidar la situación por la que caminamos, acepto a contarles algo. Les cuento de cuando fui medico de la 12ª compañía. Atacamos el mayor nido de gusanos rojos del sistema Binder. Les cuento la carnicería, el montón de casos de grado 2 y 1 que atendimos. de las mutaciones de las propias mutilaciones de los gusanos a los hombres de mi compañía, de mi propia herida. Un gusano rojo me arranco parte de intestino y un riñón en un ataque del que sobreviví gracias a, el entonces, sargento Milton, nuestro ahora coronel. Esa historia hace que los hombres se lo piensen dos veces antes de hacer mas bromas sobre el lugar en el que estamos. Y que tengan, mas si cabe, respeto a nuestro coronel.


He tomado prestado un inyectable de sedante, el que le dan a los infectados de grado 3 para que su dolor no les mate. Esta noche podre dormir, aun habiendo regresado a mi infierno. Una vez en el aerotrasnporte, veo uno de los esqueletos de esas criaturas, y un escalofrío recorre mi espalda. Cuanto se parece al que se llevo parte de mis entrañas. Puede que aun con el sedante, no pueda dormir."


Simon L.

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