Todo empieza siempre, tras las cenizas de lo antiguo, de lo muerto, de la nada.
Cual ave fénix de sus cenizas nace una esperanza. Como tras el incendio de un bosque, resurgen los primeros matojos, las primeras hierbas. De lo mas insignificante renace todo.
Una sonrisa, renace dentro de quien la ve un calor y un sentimiento de bienestar que se extiende por todas sus fibras nerviosas, como un calambre llena sus músculos, como un caldo caliente rellena todas sus vísceras, y estira su cara para que la sonrisa resurja.
Y como un virus, esta nueva carga eléctrica se esparce por doquier, rápidamente, alcanza a todo ser y rincón. Florece de nuevo, brilla el sol entre las nubes, el aire freso recorre tu rostro de nuevo, el viento vuelve a agitar la cebada.
Vuelve la amistad, vuelve el amor, vuelven sus antagonistas, vuelve la vida a recorrer las desiertas estepas muertas, vuelve la libertad a esos campos. Retornan las tardes tranquilas y las noches sin dormir, las siestas bajo un gran árbol, las cervezas en una vieja taberna.
Porque un nuevo año ha llegado, compañeros, y hay que superarlo. Si puede ser un año horrible, pero si pasamos el año anterior, nada podrá detenernos ahora. Así que alzar esas pintas, jarras chupitos, copas, tazas de te o vasos con café, y brindar conmigo, por lo que esta por venir y por lo que se fue.
¡SALUD!
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