29/1/08

Dead poets.



Poetas muertos, olvidados, enviados al destierro de este mundo.

Poetas que hemos recubierto vuestro mundo de la mas dulce de las bellezas líricas. Ayudado a la conquista de algún amor, a la mofa sobre alguien, o simplemente acompañado vuestras tardes en canciones dentro de vuestra cabeza.
Mal pagados.

Caminamos por el desierto frío y vacío del olvido. Ataviados con largos abrigos de las bellezas de antaño, con nuestros macutos llenos de poesías, textos y vivencias pasadas. Tras nuestros pasos dejamos palabras, frases,de nuestra desconsolada marcha. Nadie llorara nuestra marcha, nadie a nuestra tumba acudirá, como nadie se acuerda de nosotros aun estando aquí, aun vivos.

Pero marchamos por vuestra culpa, creéis que todo paso. Decís, el romanticismo ha muerto, la poesía es algo antiguo...Pero os arrepentiréis. Cuando este mundo os atosigue con su basura, no tengáis nada bonito a que agarraros, nada mas que pura realidad que solo os quemara los ojos. Porque no la habéis visto nunca, siempre fue a través de palabras bonitas, de textos literarios. No sabéis que es vivir siempre en la realidad hasta que os queme. Habéis visto una parte, teniendo siempre algo de eso que rechazáis. Pero cuando solo haya realidad, nada mas, cuando vuestro cerebro arda y vuestro corazón se congele en este mundo y su realidad, no os molestéis en llamarnos.

Adiós...

1 comentario:

Anónimo dijo...

El miedo

Todos me piden que dé saltos,
que tonifique y que futbole,
que corra, que nade y que vuele.
Muy bien.

Todos me aconsejan reposo,
todos me destinan doctores,
mirándome de cierta manera.
Qué pasa?

Todos me aconsejan que viaje,
que entre y que salga, que no viaje,
que me muera y que no me muera.
No importa.

Todos ven las dificultades
de mis vísceras sorprendidas
por radioterribles retratos.
No estoy de acuerdo.

Todos pican mi poesía
con invencibles tenedores
buscando, sin duda, una mosca,
Tengo miedo.

Tengo miedo de todo el mundo,
del agua fría, de la muerte.
Soy como todos los mortales,
inaplazable.

Por eso en estos cortos días
no voy a tomarlos en cuenta,
voy a abrirme y voy a encerrarme
con mi más pérfido enemigo.


Pablo Neruda.