Lo sientes...deja que salga.

Latente, durmiendo dentro de mi, como un terremoto esperando a estallar. Agazapado entre las sombras, como un animal apunto de atacar. Un fuego hirviente que recorre mis venas. Pasión, amor, sentimiento puro.

¿Hacia quién, qué o por qué? Nada de eso importa.

Hacia un sentimiento, una idea. El canto altivo de la rebeldía pura ejecutada como rabia insostenible más allá del tiempo. Eso por lo que los demás te dicen y tachan de rebelde, fanático, loco, sin razón…que sabrán ellos. Si vives en una jaula y te ríes de aquel que sueña con el cielo azul, no esperes nunca misericordia de sus pensamientos. Libertad es una palabra pequeña de gran significado, y gran poder. Porque sin ella, nada tiene sentido, nada en este maldito mundo señores. Y no olvidaremos a aquellos que hicieron la celda más pequeña, la tortura más cruel y se bufaron del sufrimiento de los que tenían claustrofobia en esta jaula. Para ellos no habrá misericordia.

Hacia aquellos que guardan nuestros secretos confesados y profundos. Todos ellos merecedores de los mayores triunfos en sus vidas. Pues la amistad puede empezar de maneras muy diferentes. Y el amor, porque recordemos que son la misma cosa en diferente ángulo y medida, provienen de la misma raíz, de la misma esencia. El dar, sin esperar a recibir. Ese sentimiento puro que se apodera de nosotros hasta el tuétano, en lo más profundo de nuestro sistema nervioso. Y puede ser amor en grado de pasión, entrega carnal y emocional, hacia esa pareja sea del sexo edad y etnia que sea. Y por esa persona, por ella, haces lo que sea. Y tus instintos se desatan en todas las dimensiones del amor. Porque, a pesar de lo que digan los de la cruz, los de la media luna, y demás parlanchines, el amor puro también es carnal. Es tan parte de nosotros como el aire, es biológicamente normal, tanto como desear mirar a esa persona a los ojos, todo el tiempo que haga falta hasta sabernos de memoria las vetas de color de sus ojos. Te hacen cree en cosas que antes no creías, pero eso no importa. Solo necesitas el roce de sus labios, para que el mundo este completo de nuevo. Aunque después esto se quede en poco y necesites más y más hasta que cada centímetro de tu piel este unido al suyo, y, abrazados, os miréis a los ojos centelleantes y penséis que el mundo ya no existe, solo los dos.

Y sabes por que sientes todo eso dentro de ti, porque estas vivo, late en ti eso, eso que no se extinguirá con los latidos, con el tiempo, porque cada persona somos una pieza única del museo, un guerrero extinto. Somos bestias acechantes y amantes únicos. Somos grandes filosofas y leonas cazando. Somos espíritu, si espíritu. Que esos fanáticos religiosos dejen de acaparar el copyright de esta palabra, pues sus dioses monoteísta no tienen derechos sobre el, es de cada uno de nosotros, que somos quien lo usamos, como decían hace bastante, la tierra es para quien la trabaja, pues el alma es para quien la usa. Jajaja anarquía espiritual!

Así que si sientes eso acechando…ATACA! Es ley de vida sentirse vivo.