10/2/08

Sex, drugs and...big boom!



La música del lugar rompe los tímpanos, pero nadie se queja, solo bailan. me acerco a la barra y pido la consumición de la mesa 9, 6 cielos rojos. El cielo rojo, vodka con MAD, el mayor alucinógeno que jamas haya existido.

Mientras Jenny, la camarera, prepara las copas de color rojo intenso, miro el lugar. No hay mas que jóvenes metiéndose una u otra de las drogas que ofertamos. Bailan, se besan, se desinhiben. La música se cuela en sus oídos y atraviesa su cerebro químicamente alterado, haciendo que les parezca perfecta. Pero aquellos que no la tomamos vemos la verdad, es un estruendo de ruidos inconexos y mal orquestados. Un grupo de chicas jóvenes a mi derecha se empiezan a aproximar, la droga es quien las mueve, y calmar su libido su meta. Por suerte ya tengo las consumiciones y abandono la barra, ya se como son estas chicas, y puede que alguna sea portadora de algunas de las infecciones de estas drogas con llevan.

Me abro paso entre el gentío, unas cuantas mas intentan acercarse a lo mismo, y unos cuantos a demostrarme que son muy amigos míos. Llego a la zona de las mesas privadas, abro con la huella dactilar. 3 parejas esperan dentro para tomar los cielos rojos y empezar, lo que imagino sera una bacanal de sexo, drogas y miles de enfermedades. Menos mal que estos sitios los rebozamos de antibacterianos y demás químicos.

Me dirijo a la zona mas tranquila del local, la música no llega tanto y puedo quitarme mis tapones de silicona. Me apoye en la pared y saque un cigarrillo. Desde que es legal este tipo de drogas, y actitud, todo ha ido a mal. No por la libertad, sino lo contrario. El nuevo estado nos ha impuesto consumir este tipo de sustancias, y una vez en estado de constante subidón o mono, nos tienen monopolizados. Solo hay unas pocas maneras de no consumirla, y una es mi trabajo. Por eso estoy donde estoy, trabajando en uno de estos antros de moda sirviendo estas sustancias.

Entonces veo llegar a un hombre, lleva el traje de el estado, uniforme negro con la paloma de la paz en su solapa. Da miedo. Tiene un sub-fusil de repetición. Empieza a gritar, nadie le escucha, pero se que esta diciendo, lo dijo igual en otros lugares qu estuve. Por eso se el final.

El estado a cancelado ese lugar, y debido a su falta de cooperación se efectuara el desalojo de la sala. Antes de eso me e tirado al suelo con las manos en la cabeza, me conozco el procedimiento. Los que estamos tirados al suelo, camareros y vigilantes del local, no estamos drogados. Entonces se empiezan a oír los tiros, han debido entrar un par de hombres del estado mas.

Los cuerpos caen a nuestro alrededor, sin vida, fríos y en las posturas de baile algunos. Los hombres uniformados se acercan a los pocos vivos nos piden nuestras identificaciones, se las damos y nos escoltan a la salida. Borraran los indicios y harán que parezca otra cosa, un accidente o algo similar.

Pero esta vez no saben que dentro esta todo preparado. En la salida un coche de la policía y unos 4 uniformados en la puerta. Me alejo lo suficiente. Me giro y saca dos cosas de mis bolsillos. En la mano derecha mi pistola de 45 milímetros. En la otra un pequeño control remoto. Apunto a los policías que me miran y desenfundan.

Un solo click en el control remoto, y el edificio sale volando por los aires, policías incluidos. Salgo corriendo.

Muchos desalojos he visto así, tantas veces, tantas muertes, tanta sangre, tanta droga, tanta autoridad aplastando nuestras cabezas.

Hay un tiempo estimado, solo tengo diez minutos para abandonar esa calle. Por poco me pilla el rugido. empiezan a legar vehículos aerotransportados de policías. Los veo lejos, Y pienso en el segundo botón de mi control remoto. Pienso en sus rostros, de tantas personas. El segundo click es tapado por el bramido. Parece una bestia de cientos de toneladas. toda la calle y varias adyacentes caen. polvo y fuego cubren las calles. Es hora de demostrar que no todos estamos embotados en trajes de enlaces químicos, que algunos, plantaremos cara de la manera mas voraz. Sus clases de química, impartidas para crear sus drogas en sus bares, servirán para mucho más. Aunque solo se pueda destruir todo, que así sea.

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