29/5/08

La mano roja...nada mas que añadir.


La fría mañana de la capital se filtra por mis sudorosos poros, han abierto la pequeña puerta un momento. Llevo toda la noche y esta mañana encerrado en un cuartucho en un edificio de oficinas, con una única luz de una bombilla agonizante dándome claridad a los rostros, la unica ventana cuadrada esta tapada con con papel negro. Me han dado mas de una paliza, estoy lleno de cortes y moratones, intentan no romperme nada, pero me temo que con la ultima patada al tórax han conseguido que una costilla ceda al golpe, quizá dos. No puedo defenderme estoy atado de manos y pies a una silla vieja, cruje tanto como mis huesos con cada golpe.

Entra un tipo, este es nuevo, es el jefe por como le tratan los que están ami alrededor, que deben ser unos 6 por la calidad de los golpes y las voces detrás de ellos. El superior, se coloca debajo de la luz, y veo su rostro. Es mayor, de unos 50 años, calvo y algo delgado salvo la tripa incipiente en su abdomen. Y, entonces, un nuevo golpe me tira al suelo. Debo despertar mucho odio en él.

Y empieza a hablar.

-Llevamos mucho tiempo buscándote, muchos países, muchos asesinatos llevan tu nombre.- hace una pausa, se ve que esta emocionado con esto, como un cazador delante de la piel de la presa.- Detrás de tu puto símbolo. ¿Que creías? ¿Pensaste que no te encontraríamos? Pero has fallado puto revolucionario psicópata. - su acento cuando se empieza a enfadar, denota su nacionalidad, su cultura, su identidad.- Has entrado en el país equivocado, y has matado a personas equivocadas. Ahora todo el peso de la justicia del país mas grande del mundo te aplastara. Y tu misera escoria de asesinos a sueldo no podrán hacer nada ingenuo.- Las risas y un "le tenemos" recorren a mis guardias, por así llamarlos.- Bien jovencito, ¿Alguna misera palabra antes deque saquemos a la luz que he capturado al líder de la mano roja

Es mi hora de hablar. Carraspeo y escupo sangre, hacia muchas horas que no hablaba y quiero que se me entienda lo mejor posible.

-Mi nombre es "El jefe" no soy líder, jefe o capitán de nada. Como ya sabrán mi historia por sus archivos, contare otra mas interesante. Un chico que nació al sur de una pequeña ciudad de los estados unidos. Creció y se convirtió jefe del servicio de asuntos internos, y de ahí, paso a ser jefe de la agencia de seguridad nacional en el ámbito internacional. -el nerviosismo aflora en forma de sudor en su calva.- Pero lo que nadie sabia, es que este individuo fue quien asesino a su mujer y amante, en agosto del 89, en un camping al norte del estado de nueva york. Así como nadie sabe que su hijo se suicido al descubrir la verdad, que el jugaba con sus jóvenes amiguitos a actos sexuales. Pero nadie nunca supo nada. Como que el fue quien propicio la salida de algunos criminales del país mas grande del mundo.- Su sudor empapa la cara y el miedo en sus ojos, sus compañeros hablan entre ellos.- Es hora de hablar claro. Yo no soy jefe, ese es mi apodo, pero somos una organización sin jefes sin dueños sin mandos. La justicia no necesita mandos, jefes, estados, solo necesita ser cumplida. Y si estados, policías, gobiernos lo impiden de manera artificial, algo artificial deberá contrarrestar esta fuerza. Principio de acción-reacción.

Se abre la puerta y entran personas que si reconozco, con armas apuntando a sus cabezas. Un montón de ruido de disparos y solo quedamos ellos yo y el hombre calvo. Una gran misión les digo, mi hija mientras me desata y mira mis heridas. Me levanto renqueante y cojo el arma que me da uno de mis hombres, mi vieja pistola del ejercito.

-Por ultimo,- le digo al hombre calvo acercándome a él.- solo decir que la justicia se seguirá sirviendo, aunque sea fría. Porque por mucho que nuestro servicio de restaurante de esta cierre, siempre se abrirán muchos mas. La justicia es una fuerza imparable necio, no puedes cubrirte de medallas y decir que la defiendes, poca gente en este mundo aun sabe que es eso. Y,- digo antes de hacer nada- no se cuelgue el hecho e que me ha cogido, esto era la manera de poder pillarlo a usted y a sus 6 sicarios que le siguen desde sus primeros movimientos en su ciudad natal.- Un ultimo bramido de pistola y su cráneo se abre. con mi propia mano extiendo la mano roja en la pared.

Salimos del edificio con el dispositivo montado por mis compañeros. Un coche y a mi casa, curare mis heridas, y organizaremos el siguiente golpe.

Los actos injustos, criminales contra los seres humanos se cometen a todas horas, en cualquier momento existe maldad. ¿Por qué la justicia tendría que descansar o parar entonces?

"La justicia es la verdad en acción" Joseph Joubert.

Este texto va dedicado a lavozabsurda: Esto es lo que dije, la mano roja no tiene jefes, porque la justicia no entiende de jefes. Espero que te guste.

1 comentario:

lavozabsurda dijo...

Justicia ciega, poco más que decir.

Años y años.

Más mano roja, y menos huelgas.