5/3/07

Una chispa.



Una chispa, una pequeña descarga, y vuelve a haber pitido constante e intermitente. Esa descarga recorre todos los niveles de tu cuerpo. Llega a tu cerebro y vuelves a despertar. Puede parecer que hablo de una reanimación cardio-pulmonar. Pero esa descarga no ha de ser electricidad y tu no has de estar muerto.

Puede ser un simple recuerdo que despierte viejos sentimientos, una mirada que despierte un calor dentro de ti. Un abrazo, un beso, un lugar, un olor, una textura, una canción o melodía que hacen que, lo que creías muerto, renazca. Situaciones que crean ese pequeño impulso en las puntas de tus dedos y que recorre toda tu espalda asta que llega a tu cabeza y de hay sale la respuesta.

A veces la vida parece que esta plana, monótona y con un rumbo fijo que no parece llegar nunca. Pero estas pequeñas descargas, estas pequeñas reanimaciones, hacen que la vida tenga picos, situaciones diferentes y dejes de vislumbrar ese final para disfrutar el camino.
Así que la próxima vez que sientas esa pequeña chispa que reanima tu corazón y gratifica todo tu cuerpo disfrútala. Esas cosas son las que te hacen dar cuenta de que estas vivo, que esto es un camino sin planear y sin un destino fijo, solo hay que caminarlo mirando y disfrutando del suelo por el que se pasa. Puede que muchas veces la coincidencia y las señales que encontramos por el camino nos confundan algo pero es nuestra vida y saldrá como haya de salir, solo hay que vivirla como tal. Gracias por la descarga.

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