9/8/07

Playa, alcohol y justicia. Buena combinación.


Noche de verano, con poca ropa, bailando y exhibiéndome. Por fin capto su mirada, sus lujuriosos ojos se posan en mis curvas. Se acerca, me saluda y empieza una puesta en escena de pavo real que parece tener bien ensayada. Es increíble que le funcione alguna vez, por suerte no volverá a funcionarle nunca más.

Me invita a una copa tras otra, el traga igual. Necio, piensa que me las bebo, lo escupo sin que el s de cuenta de ello. Lleva más de 8 vasos de whisky e intenta engatusarme más aun. Nos besamos y dejo que pase sus sudorosas manos por mi cuerpo. Llegamos a su casa, pegada a la playa. Entra dentro y empieza un numerito quitándose su camisa de flores coloridas y sus bermudas largas. Entonces le digo que necesito ponerme cómoda. Me quito delante de él el vestido dejando una falda corta y una camiseta de tirantes, esto parece ponerle más aun, pobre cerdo.

En ese momento saco de mi bolso dos garras y las ato a mis manos, el se cae al sofá de la impresión e intenta decirme que si quiero dinero que lo coja q no le haga daño, pobre imbecil.
Me siento a horcajadas sobre el, y secciono el cuello con ambas garras quedándole colgando de menos de la mitad su calva cabeza. Empieza a pensar, ahora se da cuenta. Tantos años violando a chicas, sentenciando a sus novios desde su tribuna, impune. Tantos pobres en las paredes de la cárcel mientras sus amigos ricos absueltos de asesinatos. Tantos años haciendo de la justicia su prostituta, siempre por el bien propio. Pero le avisamos, le enviamos cartas y el nos ignoro. Ahora mojo su mano en la sangre del sofá y la pongo en la blanca pared, nuestra marca. Aun esta consciente aunque ya no siente, pocos minutos le restan al pobre cerdo. Con mis cuchillas atravieso su cabeza por delante, por su feo rostro. Muerto cae al sofá.

Salgo de allí. Cojo mi coche, aparcado entre una arboleda cercana. Arranco y desaparezco. Como dice mi jefe y mi padre, la justicia esta servida.

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