14/10/07

Era se una vez, las calles de Madrid…



Las viejas plazas recuerdas. Los viejos callejones y las grandes avenidas. Bebíamos, reíamos y veíamos como todo cambiaba a nuestro alrededor.

A veces, una sola imagen trae consigo cientos de recuerdos, y tus labios no pueden sino
sonreír.

Cuantas noches, cuantas tardes. Cuantos amores, cuantos rencores. Cuantos litros de alcohol, cuantos kilos de comida. Cuantos llantos, cuantas risas. Cuantas partes de nuestra vida incrustadas en esas plazas y calles.

Ahora, tiempo ha pasado. Las parejas rompieron, y nuevos amores se crearon. Las risas aun surgen de nuestras viejas gargantas aunadas como viejos camaradas cantando una vieja tonada. Seguimos bebiendo, mas moderadamente, pues los años no pasan en balde para algunos. Nuestras lágrimas aun recorren los surcos de nuestras mejillas, pero siempre son secadas por manos amigas. Y las noches aun surcamos, de un lado a otro, recordando viejos momentos y viviendo nuevos.

Una sola imagen, una sola palaza, una calle oscura, y todo vuelve a fluir en mi memoria.

Os invito, así pues, a otra noche como las anteriormente vividas, hermanos, para que Madrid una vez mas, nos vea caminar y charlar, a la oscuridad de sus calles.

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