Momentos escasos, instantes eternos como siglos, todos paralizados. Que queda tras ellos sino un torrente de sensaciones extrañas. Mi espina dorsal recorrida por miles de sensaciones extrañas, ajenas. increíbles, atroces, perfectas, argumentadas, antiguas, anticipadas, ensoñadoras, dulces, vivas...
La música suena destrozando los tímpanos, y la gente baila sin parar. Pero en mi cabeza resuena el eco vacío de la soledad de un mundo de otros.
Mis ojos ven belleza danzante a mi alrededor, insinuante y venérea. Pero mi cabeza no cesa de repetir una palabra, olvídalo. Centelleante en mi mente, recorre todo mi cuerpo y paraliza mis extremidades, en boba mi mente y apaga el sistema.
Pero, nada es sin su contrario, sin su opuesto. y una pequeña chispa arde en una parte oculta de mi cerebro, la duda eterna, viviente y dura. Tersa los músculos de la cara y sonrío.
Nada es para siempre, nada permanece constante, nada vale tanto la pena...todo es así, todo puede ser, todo llega, todo retorna, todo es un eterno circulo en espiral, que de una u otra forma acaba volviendo.
Y nos volvemos a ver en este momento del año, vuelve a estar cerca san patricio, vuelve a hacer frío, vuelve a salir el sol. ¿Por qué no volver a sentir y a vivir como antes?
Porque todo es eterno, aunque sea en nuestros sueños, porque todo es un circulo, porque somos quien decidimos cuando los círculos terminan.
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