Más allá de este tiempo, hay otro.

El temblor vuelve a recorrer mis fríos dedos.

"Estoy oculto tras los arbustos, a mis lados esta toda la compañía como yo. Vemos el paseo del presidente, tranquilo con sus tres guardaespaldas. Robustos como arboles, llevan cada uno un subfusil cargado, miran los tres en todas direcciones. El presidente va hablando en alto de sus próximos movimientos. Dice palabras que harían helar un corazón. Cosas como "sacrificio por el bien común" y "selección de la población para supervivencia de las ejecuciones", dichas como si fueran simples trazos de una receta. se acercan a la arboleda donde nos encontramos, todos sabemos que debemos hacer, pero el miedo nos mantiene paralizados.

Están tan cerca que se puede oler el perfume del presidente y el sudor e sus seguidores. Pero la orden no llega a nuestros oídos, ninguno se mueve. Los segundos se hacen horas, meses años.
Entonces, sin respetar la cadena de mando me levanto descubriendo medio cuerpo y empiezo a disparar. Una ráfaga y el primer guardaespaldas cae al suelo. Entonces, las restantes 7 ametralladoras de asalto de mis compañeros empiezan a gritar.

Minutos mas tarde, solo hay cuerpos y sangre. Han herido a el soldado Ateverk, pero curara.
Salimos del lugar lo mas rápido que podemos. corremos hacia el vehículo, camuflado entre un montón de arbustos. Entramos y tomamos asiento en circulo. El sargento Sindarik acciona los controles y empezamos a elevarnos. Pasados unos minutos nos encontramos a varios miles de pies de altura, suficiente para el viaje a nuestro hogar. Mas allá de este tiempo, mas allá de lo que podáis imaginar. El presidente Jamert, si no hubiera sido asesinado, habría reducido la población del país a menos el 10%. Después se habría apoderado de país tras país, estado tras estado. Y su hijo, Claunk se habría convertido en el tirano opresor que la historia cuenta. O, mejor dicho contaba.

Todo lo que fue, ya no sera. Todo lo que iba a acontecer, ya no acontecerá. Todo lo que se perdió, aun puede vivir.

Hemos roto el pacto que hicimos al obtener estas maquinas, pero miles de vidas merecian la pena sacrificarlo. "

Soldado Alvain Raunker, division 5, proyecto Odiseo.