3/6/07

Pocas palabras de un viejo escritor.



El día se acabó y la noche envuelve mi cuarto. Sentado delante de este trozo viejo de papel y de mi copa medio vacía de vodka escribo lo que pasa por mi cabeza.

Cierro los ojos y su cara aparece ante mi, los años no pasaron por su rostro amable y dulce. Pero ella se fue para siempre. Y esa pena se quedo en mi corazón. Y la cara de aquel que marcho, para nunca volver a este plano pero que siempre mantendremos en nuestros recuerdos.

Veo los tiempos felices que por mi vida han pasado en los últimos tiempos. Recuerdo la música en mis venas suministrada por viejos amigos. Las tardes distendidas charlando de temas y maneras de arreglar el mundo. Los sentimientos que pasaron por mi corazón y que acabaron por que debía ser así, pero no guardo mas q sonrisa de su recuerdo. Veo el desprecio en los ojos e algunos, la benevolencia y el respeto de la gente. Tantas noches en casa pensando en algo mejor que nunca llegaría. Tantos kilómetros recorridos y tantas cosas hechas y tantas que quedaron por hacer.

Abro de nuevo los ojos con las lagrimas colgando, vivo recuerdo de mi vida pasada. Testigos de que no la viví en vano. De que en cada paso, cada peldaño y cada momento había un sentimiento, una emoción.

Otro sorbo del viejo agua que me levanta las neuronas. Entonces miro mis viejas vestiduras. Ahora arcaicas, pues la moda no es mas que un ir y venir de ideas fugaces, reflejan que quede anclado hace demasiado tiempo en mis ideales. Recuerdo el frió pasado bajo sus hilos. Las noches y las lluvias, nieves, vientos. Tanto como el calor que se colaba por sus entresijos y atravesaba mis huesos hasta llegar a lo mas profundo de su medula.

Me quito mi viejo anillo pues me molesta para escribir. Recuerdo entonces todas las veces que lo gire nervioso por algo, ya fuese una chica o una simple espera. Tantos años en mi dedo es casi parte de mi. No fue regalo de ningún amor, de nada que se le pareciese. Fue un regalo de un familiar. Y desde hace tanto ha permanecido impasible en mis manos. Pasara lo que pasase. Ojalá fuese todo así.

Miro el texto escrito y viene a mi cabeza las historias que conté, las poesías que escribí, las frases que divulgué en mi libreta y en mis viejas paginas.

Ahora lo sé. Ahora comprendo.

Pudo parecer sin sentido en su momento. Puede que solo fuese tonterías echas o dichas por un loco con libreta y un corazón enamoradizo, sensible, una persona de fácil lloro y de tantas cosas que me convertían en alguien raro. Puede que, en efecto, así fuera. Pero ahora se que eso no importaba. El tiempo no es un instrumento en manos de nadie, pero a veces acaba dando la razón y aclarando las ideas en las viejas mentes.

Y en mis viejas manos, ya grises como mi alma y arrugadas como mi corazón, pueden escribir aun la verdad como lo hice entonces.

El ultimo trago del viejo licor. Y la ultima cosa por decir. Esto no es una despedida, porque no pienso marcharme así de rápido. No es un hasta luego, por que de aquí no me muevo. Sigo siendo el mismo cabezota que llevaba el abrigo largo cuando todos llevaban cazadoras, el que escribía poesía cuando todos solo la escuchaban en canciones, y no pensó rendirme aun. Así que mientras me sirvo otra copa ¿quieres algo? Pues la noche aun es muy larga. Pero, el día que venga después, va a serlo aun mas. Con lo cual, habremos de estar preparados para vivirlo ¿no creéis?

Ya veo despuntar el alba, como el día nuevo se abre ante mis ojos. Respiro su dulce aroma a nuevo. Una carcajada sale de mi garganta seca. Pues todo lo malo del pasado y del presente ha dejado una cicatriz en mi espíritu, pero eso nunca impedirá que me siga riendo. Nunca dejaremos de ser como somos, si seguimos teniendo ese pequeño niño dentro que siga riéndose y pensado como el soplo sabe hacerlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Alomejor mientras el escritor este vivo deberia reducir esos recuerdos a poesias, a escritos en cuadernos que vienen bien para leer con frecuencia para no olvidar el camino andado y quien es en realidad. Pero no se vive de recuerdos,son los recuerdos los que nos inluyen o nos ayudan a escoger diferentes caminos para seguir porke son tan importantes como una pierna o un brazo que va unido a nuestro desganado cuerpo en momentos bajos...pero solo son recuerdos...que ya han sido y no volverán a ser igual. Hay que dejarles guiarnos, dejarles que nos marquen, pero nunca dejarles que nos frenen... Gran tema para que el escritor escriba poesia pero mal tema para que el escritor reduzca su vida a lagrimas,vodka y callejones sin salida.

Un abrazo fuerte, fuerte escritor

Anónimo dijo...

... y el viejo escritor, en su larga noche de alcohol y pluma soñó con su juventud. se preguntó q habría pasado si hubiera cambiado ciertas cosas q le trajeron hst este punto de soledad, vodka y añoranza...

y su sueño fue realidad. su 2ª oportunidad le fue concedida. ahora tiene la posibilidad de arreglar esos fallos q le llevaron a ese futuro tan deprimente. y no debe desperdiciar ni un solo segundo.

deslízate...